martes, 28 de enero de 2014

Escultura griega clásica

La escultura griega clásica ha sido considerada durante mucho tiempo la cima del desarrollo del arte escultórico en la Antigua Grecia. Se suele tomar como un punto de partida aproximado para describir esta escultura clásica el año 450 a.C. -cuando apareció el tratado sobre las proporciones del cuerpo humano escrito por Policleto- y su final está marcado por la conquista macedónica sobre Grecia en el 338 a.C., momento en el que el arte griego comienza una gran difusión hacia el oriente, de donde recibió influencias, cambió su carácter y se coonvirtió en cosmopolita.

Es en este momento cuando se consolida la tradición del clasicismo griego, tomando al hombre como la nueva medida del Universo, y cuyo reflejo en la escultura es la primacía absoluta de la representación del cuerpo humano desnudo. La escultura clásica desarrolló una estética que combinaba los valores idealistas con una representación fidedigna de la naturaleza, pero evitó la caracterización y la interpretación excesivamente realista de las sensacioens emocionales y permaneció por lo general en un ambiente formal de equilibrio y armonía. Incluso cuando los personajes se encontraban representados en escenas de batalla, su expresión no reflejaba la violencia de los hechos.

El clasicismo elevó al hombre a un nivel de dignidad sin precedentes, al mismo tiempo en que se le dio la responsabilidad de crear su propio destino y ofrecer un modelo de convivencia armonioso, un espíritu de una educación integral para una ciudadanía ejemplar. Estos valores, junto con su tradicional asociación de la belleza con la virtud, encontraron en la escultura del período clásico, con su retrato idealizado del ser humano, un vehículo especialmente adecuado para expresarlo, y un eficaz instrumento de educación cívica, ética y estética.

Se inauguró una nueva forma de representar el cuerpo humano que fue una de las claves para el nacimiento de nueva filosogía, la estética, además de haber sido el fundamento de movimientos de enorme importancia, como el Renacimiento y el Neoclasicismo; incluso sigue siendo válido hasta el día de hoy.

El máximo representante de esta época es Fidias, quien se celebra como escultor de los dioses pues nadie como él en el mundo antiguo supo dar a sus creaciones artísticas actitud noble y serena y sello de lo divino sin que le hiciera falta para ello el simbolismo.







Vía Wikipedia

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